Mary and Max es simplemente la magia de recibir palabras amigas en un momento de soledad. La calidez de saber que alguien, en algún lugar del mundo, nos recuerda y nos piensa. Un repaso a lo cotidiano y a las muchas complejidades que encierra. A través de un trozo de papel; un alma que se desnuda y baila. Al ritmo del tema principal.
Todo es más complicado de lo que pensamos.
Por eso a veces necesitamos parar un momento, tomar aire, calmar la ansiedad. Volvernos a sentar, pegar la carta en el techo, encerrar las lágrimas en un frasco. O nuestras metas. Aunque parezcan estúpidas.
Me ha cautivado y conmovido profundamente esta película.
Una maravilla absoluta, para reír y sentir asomar la tristeza, pero sin pretensiones ni megalomanías. Sólo la sencillez de saber que, en nuestra mente, estamos sonriendo.
8
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