El séptimo sello de la discoteca

El séptimo sello de la discoteca

martes, 24 de febrero de 2015

Sita sings the blues - Nina Paley (2008)


Segunda directora que me toca mencionar ineludiblemente, esta vez en el ámbito de la animación: Nina Paley. Resulta que esta muchacha hizo Sita sings the blues y no pudo estrenarla comercialmente por problemas de derechos de autor relacionados con las canciones que aparecen en la película, así que decidió distribuirla de forma gratuita. La podéis encontrar fácilmente en Internet, y de verdad que os la recomiendo. 


Tiene la virtud de mezclar y de hacerlo bien: de Estados Unidos a la India se cruzan tradiciones, música, formas de vida y acentos a través de distintos tipos de animación, según la historia que se esté contando. El final es lo que consigue perfeccionarla y elevarla, con un guiño literal que lo dice todo y deja un buen sabor de boca y una sonrisa a ritmo de la música india. 
Para todo aquel al que le interese el hinduismo o simplemente las historias, el blues y quiera ver algo diferente (e incluso por momentos psicodélico).

8,5

jueves, 19 de febrero de 2015

El perro mongol - Byambasuren Davaa (2005)

Por fin he encontrado una directora de cabecera. Byambasuren Davaa es de Mongolia, tiene unos 44 años y produce belleza pura. Apenas ha hecho tres películas, dos de ellas documentales, y El perro mongol tiene también mucho de documen-
tal, porque básicamente narra la forma de vida de una familia real, utilizando sus nombres reales y sus rutinas reales, en las estepas de Mongolia. Unos ritmos muy distin-
tos de los que estamos acostum-
brados aquí en las ciudades o lugares cercanos a estas, pero en cambio muy similar a la vida de pueblos españoles más recónditos. Pienso en la infancia de mi madre en Las Hurdes y encuentro muchos puntos en común. Pero con una característica esencial que distingue a la familia Batchuluun: son nómadas. 

Me ha impactado la crudeza de vivir en espacios abiertos, con la ame-
naza constante de que aparezcan lobos, la necesidad de ser itineran-
te, de buscar nuevos asentamien-
tos, el volver a montar tu hogar en otro sitio periódicamente, el frío y la lluvia... La madre y el padre son dos Atlas que tienen que cargar con el peso de todo su mundo, de su hogar, de tres hijos pequeños y de todos sus animales. Determinados nexos los conectan con otras personas: una moto, sus caballos, los coches que vienen de la ciudad, otras personas con las que comparten modo de vida... En un punto de la película, el padre vuelve de realizar diversas tareas y la madre aprovecha para preguntarle por las elecciones al Parlamento, en las que se les recuerda que tienen derecho a votar. Los avances técnicos permiten así unir de forma armónica los estilos de vida tradicionales con otros más modernos, sin olvidar nunca que ambos siguen siendo contemporáneos. 

La historia está vehiculada por el encuentro entre Nansal, la hija mayor de la familia, y Zochor, un cachorro de perro que aparece en una cueva. La relación entre estos dos personajes principales es lo que utiliza Byambasuren Davaa para reflejar el día a día de esta familia nómada, así como para introducir algunas creencias y enseñanzas budistas, por ejemplo relativas a la reencarnación. De hecho, de este último punto nace mi escena favorita de la película, donde Nansal escucha las historias e ideas de una anciana con la que se encuentra, y que encierra una enorme belleza. 

Y, cómo no, al igual que en Bab'Aziz, la música y la fotografía son aquí lo que realmente acerca la película al sobresaliente. Rodada de forma magnífica, cada fotograma es para enmarcar, tanto en exteriores como en interiores. La ropa, la decoración de la casa, la estepa, el cielo azul con algunas nubes blan-
cas, el agua, la cara de la anciana acariciada por la luz, los animales, Zochor, la cara con mofletes rojos de Nansal... Todo está cuidado al milímetro y nos permite recrearnos en paisajes y culturas que desconocemos y que son igualmente increíbles. 

Me queda pendiente ver el resto de la filmografía de esta mujer, especialmente La historia del camello que llora, pero solo con esta película ya me ha conquistado. 


8,5

viernes, 13 de febrero de 2015

Diamond Flash - Carlos Vermut (2011)

Me he quedado flipando. Y justo después de la entrada sobre la fuerza técnica de Birdman. Carlos Vermut, en cambio, consigue aquí dejarte K.O. con una frase, con una palabra incluso; nada más. Diamond es enorme porque tiene ideas enormes. Me recuerda mucho a Martyrs en ese sentido, porque en esta todo funcionaba gracias a la idea filosófica final, que suponía la justificación a todo lo que habíamos visto hasta ese momento. Vermut lo desarrolla aún más y crea ideas geniales, una tras otra, hasta que me encuentro siguiendo cada diálogo con total tensión esperando ese giro que sé que lo va a cambiar todo de golpe. Y me encanta la mezcla de géneros, o mejor, su desintegración y trascendencia. Un thriller pausado, con tintes de fantasía/ciencia ficción, denuncia social y algún punto humorístico.
Y SALEN MUJERES. Muchísimas. Con papeles importantísimos en la historia. De diferentes generaciones. Hablando entre ellas de forma crucial para la trama. Haciendo papeles que lamentablemente se reservan siempre para los varones en el cine. Dándole la vuelta a tópicos habituales en las películas a las que estamos acostumbrados y demostrando que de esta manera también se puede crear un producto fantástico, lleno de riqueza, y que gente como yo agradece sinceramente.
Bastantes incógnitas al final, muchas de ellas explicadas por otras personas a las que he leído y que me han aclarado varios puntos (desgraciadamente no he estado todo lo atenta que debería). Sin embargo, alguna cosa queda. Pero tampoco es tan importante. Ahí está la gracia. O el juego. La oportunidad de poder volver a verla esperando descubrir algo que se nos pasó la primera vez. De ver, esta vez sí, la silueta pasar al fondo del pasillo. De captar el destello del diamante en su primera aparición.
Cómo me alegro de que el cine español nos ofrezca joyas como esta.

8

jueves, 12 de febrero de 2015

Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia) - Alejandro González Iñárritu (2014)

Anoche fui a ver Birdman al cine, con bastante reticencia y unas expectativas por los suelos. Lo que había leído sobre la película se parecía demasiado a rasgos de otras que suelen ser muy reconocidas y que a mí me dejan totalmente indiferente. Así que fui esperando encontrarme algo que no me iba a gustar. Quizás tenía que haber recordado que Amores Perros de Iñárritu fue durante bastante tiempo una de mis películas favoritas; el director se merecía al menos un voto de confianza. Nada, ni con esas. Pero cuando empezó la cinta y el plano secuencia seguía y seguía y seguía (bendita tecnología actual y bendita creatividad y capacidad artística para hacer algo así tan bien), me enganchó muchísimo y no me soltó hasta el final. Iba temiendo un guión vacío para mí y lo que hizo Iñárritu fue atraparme directamente sacando toda la artillería técnica. Qué jodida maravilla visual. Los juegos de color, otra mención aparte e igualmente valiosa. El resultado es que el 98% de Birdman parece una sola toma, y está hecha de forma brillante. Obviamente eso no es solo mérito del que dirige, los técnicos han hecho un trabajo ejemplar. Los actores también están bastante bien (Edward Norton, otro que se merecía una oportunidad), aunque echo en falta más protagonismo de personajes como el de Naomi Watts, que me supo a poco. Contada de forma tradicional, estoy convencida de que no me habría resultado especialmente atractiva, pero tal y como está enfocada me parece original e innovadora. Y lo de mi vicio por los planos secuencia no es solo porque sirvan para que el director pueda recrearse: consiguen que te olvides de respirar, imprimen un ritmo brutal que tienes que seguir y seguir hasta que todo termine. Para mí, una verdadera gozada.

8


jueves, 5 de febrero de 2015

Whiplash - Damien Chazelle (2014)

Esta semana por alguna razón me apetecía muchísimo ir al cine. El problema es que los días que es barato (lunes en los Golem, miércoles en general) tengo clase de idiomas y no quiero saltármela. Estuve tanteando el lunes con ir a ver Winter sleep, pero eran tres horas y cuarto, tenía que ir al centro, me perdía casi la mitad de mi clase y a última hora decidí dejarlo. Entonces pasó turno y estuve pensándomelo para el miércoles. Me apetece ir a ver Babadook, por ser dirigida por una mujer, australiana, de terror y de cuentos. Pero no sé. Tampoco me acabó de convencer. Así que seguí mirando la cartelera. Y vi que cerca de mi casa echaban Whiplash, probablemente por última semana en esos cines, porque solo daban un pase a las 16:00. Ya la tenía fichada, pero miré un par de críticas y lo de "cuando acaba te deja clavado en el asiento" me arrancó las dudas de golpe. Y me fui para allá. Cinco personas en la sala. Y empieza la película.
No entiendo especialmente de teoría musical, no sé si el músico se adelanta o se retrasa, conozco a Charlie Parker pero no a Jo Jones... pero eso da igual. Es un tipo de jazz muy audible. Por mucho que sea una peli independiente (como si eso necesariamente cambiara algo) está hecha para llegar a todo el mundo. La película es totalmente accesible. De hecho, de ahí viene uno de los defectos que le veo: realmente la historia la hemos visto mil veces en el cine estadounidense, con todos los problemas que eso conlleva (casi nula representación femenina, ideales-tipo, historia de entrenamiento y lucha para obtener un fin...). Pero hasta aquí la crítica de sus defectos. Whiplash me encanta. Tiene muy buen ritmo, los dos actores principales están magníficos, la música es bestial y, efectivamente, como comentó la persona que definitivamente me convenció para ir al cine ayer, te deja clavado en el asiento cuando termina. Así que, sí, ir solo un miércoles a las cuatro al cine puede convertirse en un verdadero regalo.

8