El séptimo sello de la discoteca

El séptimo sello de la discoteca

sábado, 27 de diciembre de 2014

Kaguya-hime no Monogatari - Isao Takahata (2013)


El cuento de la princesa Kaguya es mi equivalente fílmico de La novela de Genji. Todo en esta película evoca la tradición japonesa, por lo que entiendo que no sea para todo el mundo, pero de verdad que es bellísima. La animación es una preciosidad, con un dibujo que encaja perfectamente en el conjunto, y la música lo acaba de realzar, especialmente en los momentos en los que aparece el koto. Personalmente me gusta la historia, sobre todo las referencias a la luna. No suelen llamarme la atención los personajes principales, pero aquí la protagonista está muy bien construida e inspira mucha simpatía. De mis películas de animación predilectas, probablemente incluso mi favorita por ser magnífica en todos sus aspectos. Altamente recomendada si te gusta el folklore japonés.

  
 

 9

sábado, 29 de noviembre de 2014

Snowpiercer - Bong Joon-ho (2013)

Me he enamorado. 

Otra vez.

Del cine coreano.


Mucho.


Muchísimo.


Frikada genial con nieve, acción, humor negro y absurdo, un personaje épico que tiene los dos últimos cigarrillos de la humanidad, un tren con una variedad de atmósferas y colores tan brutal que me encantaría poder recorrerlo (sin sufrirlo, claro).

Como volver a ver una de esas películas que tanto te han gustado pero a la vez saber que no has visto nada parecido. Pero que querías ver esto. Desde hace tiempo.

Una combinación de tantos elementos que me gustan que parece que han batido mis gustos y han creado esto.


Puntos flojos, a patadas. Escenas incoherentes o preferiblemente eliminables, unas cuantas. Y aun así me da exactamente igual. Es como haberme metido dentro de un manga con efectos especiales.

Me encanta.


Ahora me quedan dos cosas por hacer: leer la novela gráfica francesa en la que está basada y comprarme el DVD.


8,6

jueves, 16 de octubre de 2014

Castaway on the moon - Lee Hae-Jun (2009)

Parece que me había puesto un tope mental inconsciente llamado Hierro 3. Todo lo que he visto desde esa peli ha sido comparado y contrastado con ella. Y ha salido perdiendo, claro. Hasta que llego a Castaway on the moon. Que, encima, en sus 20 primeros minutos me resulta acartonada y sosa. Hasta que aparece Kim (ella, porque él también se llama Kim) y todo empieza a cobrar sentido poco a poco, aparecen algunos planos y escenas que me dejan K.O. y cada vez me encuentro más con la sonrisa en la boca. Y que, ya encaminada hacia el final, me hace pensar que para mí es precisamente como una especie de contraparte de Hierro-3


Bien llevada, me gusta bastante en un primer nivel, sin profundizar mucho, pero lo bueno es que te permite seguir ahondando en ella, hasta el punto de llegar a considerar lo normal ridículo y lo inicialmente ridículo como cargado de sentido. Subjetivamente me quedo con la aventura de ella cuando sale, paraguas de colores en mano y casco en la cabeza, para enfrentarse al mundo y a sí misma, dando con ello "un gran paso para la humanidad". 


Para mí, mi quinta razón para amar el cine coreano. 

8,6

martes, 26 de agosto de 2014

Hierro 3 - Kim Ki-duk (2004)

 Silencio.


Creatividad.
Belleza.


Experiencia.


Soledad.


Evolución.

Tregua.


Amistad.


Hierro 3.


Me he enamorado profundamente de esta película. Para mí no es una historia romántica, trasciende eso de largo, y creo que funcionaría igual de bien si sólo se reflejara a través de la amistad. Lo importante es cómo encuentras un puente hacia un refugio, hacia la liberación personal, hacia la paz de espíritu. Con una leve duda sobrevolando la apariencia y la realidad, a través del sueño. Pero todo ello entrelazado con el arte, con la necesidad de cuidarnos unos a otros, con la conciencia de graves problemas sociales como el maltrato o el abandono, con lagos y lotos, y sobre todo con silencio.

La comprensión no necesita palabras. No en Hierro 3.

8,6

martes, 4 de marzo de 2014

Epizoda u životu berača željeza - Danis Tanovic (2013)


Una buena forma de mostrar la magia del realismo. Esta historia es completamente real y tangible; ahora mismo está sucediendo en muchos lugares del mundo a la vez, junto con otras similares. No es un documental, pero tampoco es ficción tal y como normalmente la comprendemos. Es lo que sugiere su título original, un episodio en la vida de una persona. Sin las pretensiones típicas del cine como fábrica de sueños, sino más bien como si pudiéramos seguir el día a día de una familia sin ser advertidos. Y sin necesidad de artificios ni sobreactuaciones. Hay que agradecerle a Tanovic este soplo de sencillez y de autenticidad.

7

jueves, 27 de febrero de 2014

The broken circle breakdown - Felix Van Groeningen (2012)

Lo reconozco: si me ha gustado tanto Alabama Monroe es por la música. Probablemente es el hecho argumental de que los protagonistas formen parte de una banda de bluegrass lo que me seduce de ella. Me encanta la música folk, interpretada aquí con banjo, mandolina, violín, contrabajo y guitarra. El violín me gusta especialmente, por recordarme a la música celta.
La historia es bastante dramática, pero gracias a que está narrada a través de saltos hacia delante y hacia atrás en el tiempo consiguen mitigar el impacto de los episodios trágicos. En este sentido, está bastante bien hecha, con una estructura caótica y aun así perfectamente comprensible. Y el optimismo que transmite la música interpretada a lo largo de la película arroja una mirada positiva que consigue suavizar el drama.
Más allá del componente de amor romántico, que no me interesaba especialmente a priori, me gusta el debate entre ateísmo radical y creencias, y cómo se articula en la vida cotidiana, pero también en el plano político, que por supuesto tiene una repercusión directa en el ámbito personal. Plantea así algún dilema interesante en el que las posturas contrapuestas son muy difíciles de reconciliar. 
El tratamiento de las emociones también es muy bueno. Sobre todo cómo se muestra el desarrollo de una discusión, desde la fase inicial en la que las personas saben que están siendo injustas y realmente no sienten lo que dicen, hasta un final donde unos estados emotivos complejos y difíciles de controlar acaban llevando a un estallido que sólo consigue impregnarlo todo de más dolor y pesar. 
Por otro lado, me parece un gran punto a favor la espontaneidad con la que se tratan algunos aspectos, por ejemplo la aparición del desnudo masculino, con total naturalidad. 
Pero, volviendo al principio y cerrando un círculo que en realidad no se ha roto... el hilo firme que consigue unir firmemente The broken circle breakdown es, sencillamente, el bluegrass.


8

miércoles, 26 de febrero de 2014

Lola rennt - Tom Twyker (1998)

Run Lola run me parece una película divertidísima. De esas que se disfrutan más si no te las tomas completamente en serio. Porque no te deja. Funciona en sus resquicios, que pasan de repente a primer plano, como una ilusión óptica. Lola va a pasarse corriendo todo el tiempo, obviamente, para conseguir 100.000 marcos en un lapso de 20 minutos. Las posibilidades de este planteamiento, en realidad, serían infinitas. Exactamente igual que pasa en la vida real. Tomamos una decisión y eso nos lleva por un camino, que altera completamente nuestra existencia. Otra decisión significaría otro camino y, por tanto, otra existencia. Sería maravilloso poder dar marcha atrás y repetir lo andado, para deshacer las consecuencias de nuestros actos. O, bueno, probablemente no.


7,5

viernes, 21 de febrero de 2014

Sympathy for Mr. Vengeance - Park Chan-wook (2002)

Definitivamente, he caído en las redes de este director. Creía que ya no podría sorprenderme después de ver Oldboy, pero ha llegado Sympathy for Mr. Vengeance y me ha vuelto a romper todos los esquemas. Brutal en todas las acepciones de la palabra. Una genialidad técnica latente en cada escena, planos brillantes que se suceden sin fin, sin agobiar ni dejar de deslumbrar según van apareciendo. Un cigarrillo que arrojan al agua, visto desde debajo de la superficie. Tres personas subiendo por una escalera que se va alejando en cada nuevo plano. Contrapicados imposibles que desafían los límites de la originalidad destruyéndolos por completo. Encuadres que distribuyen el peso de los elementos de una forma desigual y aun así perfectamente equilibrada. Y todo ello como precioso envoltorio de una historia que desgarra (literalmente) a los personajes y el alma del espectador al verlo. No es que sea violenta, es que va mucho más allá de eso; no es gratuito, no es autocomplaciente, es elegir a personas normales y llevar su forma de enfrentarse a los problemas primero y a la venganza después hasta el extremo. El modo de narrar es absolutamente fascinante, dándole una revisión completa a los sentimientos de culpabilidad, ira o desesperación. De nuevo, desde una perspectiva muy diferente a la que estamos acostumbrados en Occidente. El choque cultural no se refleja únicamente en la disposición de los muebles en una casa o en las costumbres; es también una manera completamente distinta de mostrar, por ejemplo, el sexo, sin tapujos, sin barreras morales, con una naturalidad tan naturalizada que pasa desapercibida. Por otro lado, los dilemas morales que plantea son cosa nuestra; no se pretende dar lecciones o demarcar por completo armazones mentales típicos como quién es el bueno o quién es el malo. Es una historia hilada -y bien hilada-, con hilos sueltos, hilos que se separan y flotan lentamente hasta tocar el suelo, hilos quemados, hilos manchados de sangre. Oscilando en torno a una durísima crítica que en realidad remite a lo social. Una forma de hacer cine auténtica e innovadora, con unas cotas de violencia internas tan inimaginables que muchos serán incapaces de verla entera. Con esta película, la posibilidad de quedar indiferente simplemente no existe.
8

martes, 18 de febrero de 2014

La Casa de las Dagas Voladoras - Zhang Yimou (2004)

Esta tarde he ido a ver Shi mian mai fu a la Filmoteca. Como había leído, es una orgía visual absoluta. Por eso me parece enorme que la recuperen en pantalla grande. La conjunción de sonido e imagen merecen apreciarse en el cine.
De las dos películas que he visto hasta ahora de Yimou, me gusta especialmente cómo derrumba algunos sesgos eurocéntricos; están las apariencias, están los hechos puros, y luego está su fragmentación, su dispersión y su disolución. Aquello que creíamos da paso a algo distinto y a su vez ello muta en algo nuevo. Un juego de máscaras invisibles, de seducciones; un pulso definitivo que se acaba mostrando frágil y firme como el bambú.
Dejo mi escena favorita, que resume exactamente por qué me ha gustado esta película.

http://www.youtube.com/watch?v=ChJpyG5XsZs

7,5

domingo, 16 de febrero de 2014

La Princesa Mononoke - Hayao Miyazaki (1997)

Igual que en Oldboy, la banda sonora en La Princesa Mononoke realza el conjunto de la película, amplificando significados al final, durante los títulos de crédito. Revitaliza así el mensaje, recordándonos que estamos conectados a la tierra, a la hierba, al agua, a los árboles, al resto de animales, a nuestros semejantes. Nos invita también a apreciar el cambio, cómo fluye el entorno y se transforman con él los que lo habitan. La importancia de sentirnos valorados, de formar parte de algo, de sabernos útiles y esforzarnos por aportar al mundo una parte de nosotros, realizándonos al mismo tiempo. 
 
Mononoke Hime es una de esas películas que ganan con el tiempo, que disfrutamos más cuando volvemos a verlas y vamos comprendiendo mejor su historia, sus historias. La inclusión de mitología japonesa, referida a los espíritus del bosque, nos muestra una nueva enseñanza, nos acerca a otros modos de ver el mundo, de vivirlo. En este sentido, tiene una mayor complejidad para el público ajeno a este folklore, pero también por eso tiene una riqueza añadida. Nos hace ver aquello que une a los distintos pueblos y sus tradiciones propias. 
Junto con algunos temas de la banda sonora, me quedo también estéticamente con las escenas en el bosque, que visualmente me parecen una maravilla. Similares a la belleza de hacer crecer flores y hojas de un arma de fuego. De sentir cómo ese bosque empieza a nacer en nuestro interior hasta invadirlo todo.

8

lunes, 3 de febrero de 2014

Mary and Max - Adam Elliot (2009)


Mary and Max es simplemente la magia de recibir palabras amigas en un momento de soledad. La calidez de saber que alguien, en algún lugar del mundo, nos recuerda y nos piensa. Un repaso a lo cotidiano y a las muchas complejidades que encierra. A través de un trozo de papel; un alma que se desnuda y baila. Al ritmo del tema principal.
Todo es más complicado de lo que pensamos.
Por eso a veces necesitamos parar un momento, tomar aire, calmar la ansiedad. Volvernos a sentar, pegar la carta en el techo, encerrar las lágrimas en un frasco. O nuestras metas. Aunque parezcan estúpidas.

 

Me ha cautivado y conmovido profundamente esta película.
Una maravilla absoluta, para reír y sentir asomar la tristeza, pero sin pretensiones ni megalomanías. Sólo la sencillez de saber que, en nuestra mente, estamos sonriendo.

8

lunes, 20 de enero de 2014

Mulholland Drive - David Lynch (2001)

Empiezo a creer firmemente que mi problema con Lynch tiene un único culpable: Inland Empire. Fue lo primero que vi de él -también es cierto que hace ya unos cuantos años, en sesión matinal y versión original subtitulada-, y me niego a afirmar que eso sea surrealismo. Cabeza borradora sí me parece surrealista, y Twin Peaks tiene también sus tintes, y ambos productos me gustan. Pero lo de Inland Empire es distinto. Para mí, son simplemente cosas que podrían suceder efectivamente, sólo que el conjunto es tan retorcido que sería raro que se diera. Y la película las reúne todas, y es rara. Mulholland Drive es otra cosa. De hecho, después de verla he encontrado sospechosas similitudes tanto con Inland, lo que tampoco tiene tanta importancia, dado que tienen el mismo director, como con Cisne Negro (aunque la fotografía de esta última me gusta más).
En fin, decía que Mulholland es otro cantar; me parece una película bastante interesante. Se desarrolla manteniendo la intriga con dignidad y luego se deconstruye a sí misma y empiezan a salir sugerentes matrioskas de ella. Buenas actuaciones (a la pobre Naomi Watts siempre le caen papeles en los que sale malparada) y una buena trama, que deja algunos cabos sueltos, pero no tantos como me temía. La sensación final que me ha quedado después de verla es como estar a punto de resolver el puzzle, teniendo todas las piezas y sabiendo dónde encajan, pero aún sin proceder a terminarlo. Una sensación similar a despertar de un sueño y saber que todo su contenido está en tu cabeza, pero de una forma escurridiza con la que no acabamos de aprehenderlo. Y es que los sueños van tejiendo su red a lo largo de la historia, hasta darle la vuelta a todo y empezar a hacer girar el poliedro que es Mulholland.
No puedo evitar mencionar la presencia sonora de Badalamenti, reconocible desde el segundo dos de la película. El truco de Lynch para que sus creaciones sean desasosegantes es meter música inquietante en prácticamente todas las escenas, aunque lo que se nos muestre sea algo perfectamente cotidiano y sin un atisbo de misterio. En cambio, se interpretan también algunas canciones accesibles y que le cambian el ritmo positivamente, con una coherencia bastante razonable teniendo en cuenta que hablamos de Lynch.
Por otro lado, me gustan algunas reminiscencias de mitos y cuentos populares que he encontrado en algunos de los elementos, en concreto del que desencadena el parto de las matrioskas: la enigmática caja azul.
Tanto ayer por la noche, después de verla, como esta mañana a primera hora, le he estado dando vueltas y he elaborado mi propia hipótesis sobre su significado. Pero no la compartiré aquí. Mulholland Drive no es una película que necesitemos explicar o entender traduciéndola en palabras. No sabemos exactamente por qué, pero en nuestro interior la comprendemos. Igual que comprendemos nuestros sueños a pesar de su absurda apariencia.


8

sábado, 18 de enero de 2014

Oldboy - Park Chan-wook (2003)

Me ha costado entrar en el juego que plantea aquí Park Chan-wook, pero cuando he accedido, todo ha cambiado de medida. Oldboy es caos, su atmósfera sordidez y su guión de lo más retorcido. Precisamente por eso. Destaco la originalidad y la irrupción de una violencia que no la desmerece, una violencia que tiene ritmo, una cadencia envolvente que llega a parecer hermosa. Una manera diferente de narrar, de filmar, de desgranar una historia y darle continuamente giros que la van enriqueciendo hasta llegar a un post-final que nos hace un regalo en forma de vals de cierre. Tal vez eso ha culminado el efecto hipnótico y ha hecho que me dejara arrastrar finalmente, en una esfera de sensaciones que sólo logro traducir como un cerebro deshaciéndose en el tambor de una lavadora. Junto con la ropa sucia. Es diferente, pero a la vez nos recuerda a algo. Es una historia de venganza, pero deja en segundo plano la venganza. Es la búsqueda de una verdad que, en ocasiones, deberíamos dejar de perseguir por nuestro propio bien. ¿Qué es peor, una verdad despiadada o la incertidumbre? ¿Qué es peor, no saber cuánto tiempo va a durar nuestro encierro en esta prisión o saber que va a prolongarse durante quince años? ¿Qué es peor, la eterna estancia en la jaula... o descubrir que el mundo es únicamente una cárcel más grande? Oldboy convierte esos interrogantes en una sencilla y efectiva oda al olvido.


8